El Land Rover Discovery, que sustituyo al Freelander, Fue el primer Land Rover completamente nuevo en diez años. El Discovery es 10 centímetros más largo que el Freelander y tiene una batalla 8 cm mayor, aunque mantiene inalterada la capacidad de libertad y la sed de aventura de las que hace gala el Freelander.
Su nombre es toda una declaración de intenciones. Si hay un vehículo que es sinónimo de aventura, ese es el Discovery, uno de esos todoterrenos de verdad, nacidos para sortear cualquier obstáculo que se ponga en su camino, desde ríos hasta superficies rocosas, pasando por desiertos, terrenos enfangados o hielo. Richard Hammond ya lo dijo claro: “el mejor 4×4 de todos los tiempos”. Un coche con el que irte, nunca mejor dicho, a descubrir el mundo.
La historia del Discovery comienza con a finales de los ochenta, concretamente, en 1987, bajo el nombre secreto “Proyecto Jay”. Querían producir un modelo que se situara justo un escalón por debajo del imponente Range Rover y con notables capacidades off-road. Finalmente, el Discovery fue presentado en el Salón de Fráncfort de 1989.
Como todo Land Rover que se precie, el Discovery Sport 2015 se encuentra como pez en el agua fuera del asfalto. En este sentido, con el Discovery Sport se pueden vivir auténticas aventuras, incluso vadeando ríos y surcando terrenos escarpados por los que un conductor medio no creería ni se atrevería a pasar.
El Land Rover Discovery Sport 2.2 150 CV HSE (2014-2015) tiene un motor diésel de 2179 cc con 4 cilindros ubicados en línea que alcanza una potencia máxima de 150 CV a 3500 rpm y par máximo de 400 nm a 1750 rpm. Se trata por consiguiente de una mecánica con una potencia específica de 150 CV, con alimentación turbo.