Cuando Mercedes y AMG mezclan deportividad y elegancia sale el Mercedes-Benz AMG S63. Y más si el punto de partida es un coche de tanta clase como el Clase S de Mercedes. Se le ha dado ese toque de agresividad y deportividad que todo AMG debe tener, pero sin perder de vista de dónde parte.
Con un enfoque bien distinto al de los Clase S más lujosos y placenteros, las version AMG luce una estética propia con elementos distintivos que se diferencia tanto en el frontal como en la trasera.
El Mercedes Clase S es el buque insignia de Mercedes en lo que a berlinas se refiere. La mejor berlina que pueden ofrecer al mundo. Bien, partiendo de esa base, y en comunión con el departamento de altas prestaciones AMG, consiguen vehículos de altas prestaciones con toques de auténtica deportividad.
Magia, brujería… Hay coches que alcanzan tal nivel que solo pueden evocarte sentimientos inexplicables en comparación con el resto de los mundanales vehículos del mundo. Para no meterse en absurdas guerras de prestaciones, el Mercedes-Benz Clase S pertenece a ese selecto grupo de supercoches en el sentido más lujoso de la palabra.
El Mercedes-Benz AMG S 63 (2013-2016) tiene un motor gasolina de 5461 cc con 8 cilindros ubicados en V que alcanza una potencia máxima de 585 CV a 5500 rpm y par máximo de 900 nm a 2250-3750 rpm. Se trata, por lo tanto, de una mecánica con una potencia máxima de 585 CV.